Son Fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes. Y eso en Catalunya es sinónimo de comidas opulentas, de cocina tradicional y de recetas que pasan de generación en generación.
Pero si hay un plato que marque nuestra tradición navideña -con el permiso de los canalones- es la escudella y carn d’olla.
La escudella como tal es el caldo que se obtiene de cocinar todos los ingredientes de lo que conocemos como carn d’olla, una variante del cocido que toma su nombre de toda la carne que ponemos en la olla y dejamos hervir lentamente. La receta varía según cada casa, pero suele basarse en las diferentes piezas de gallina, pollo, tocino, hueso de jamón, butifarras,… Eso sí, no sólo de carne llenamos esta olla. Bailando con los ingredientes cárnicos podremos encontrar a menudo garbanzos, patatas, col, nabo, puerro, zanahoria …
Y una vez todo tiene el punto de sal apropiada y aquel sabor inconfundible, hay que servir bien caliente y por partes: primero la escudella con galets (pasta de sopa con forma de caracola) y después la bandeja con la carne y las verduras. Y con una reina en la pista central: la pelota, esa gran albóndiga servida entera o troceada. Ya lo veis: de una misma olla sale un festín casi completo.
Pero, ¿de donde viene nuestro plato navideño por excelencia?
La escudella y carn d’olla tiene un origen difícil de datar. No aparece como tal en el que se considera el primer libro de cocina en catalán, el Libro de Sent Soví, de 1324, pero alguna primera reminiscencia ya podríamos empezar a identificarla en el Libro del Coch, de principios del siglo XVI. Es a partir de entonces que, variante arriba variante abajo, la receta se va oficializando hasta llegar a la que conocemos a día de hoy.
Si os animáis a probar nuevas variantes de la clásica escudella y carn d’olla, a la Gastroteca de Catalunya encontraréis una cuantas…
Para probar los genuinos sopa y cocido catalanes del Restaurante Ermita de Brugués podéis subir cualquier jueves de invierno … es el día oficial de la escudella y carn d’olla.